Este proyecto destaca por la integración de dos viviendas en diferentes niveles, creando una conexión perfecta entre espacios independientes a través de un núcleo central de escaleras que se erige como la pieza clave de la intervención.
La escalera, con su diseño minimalista y materiales nobles como la madera y el vidrio, no solo cumple una función estructural, sino que también actúa como un elemento escultórico que define la personalidad del hogar. Este núcleo conecta las áreas comunes, diseñadas para fomentar la interacción, con espacios privados que aseguran la intimidad y el confort.
La luminosidad natural, amplificada por los ventanales y las divisiones acristaladas, dota al conjunto de una atmósfera abierta y contemporánea. Los acabados en madera aportan calidez, mientras que los detalles en hierro negro y mobiliario en tonos vibrantes añaden un toque moderno y dinámico.
Este diseño logra un equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética, proporcionando a sus habitantes un entorno versátil y acogedor adaptado a sus necesidades.
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